caminaba hacia la biblioteca con el ceño fruncido y la mirada atravesada. no me importaba. muy distinto a esos dìas en los que camino alegre y sonrìo a todo el mundo mientras tarareo la canciòn que escucho en mis auriculares. no me apetecìa. sin màs. lo justo para sentarme en la sala de estudios y vagamente memorizar unas cuantas lìneas de mis apuntes. mientras fingìa que leìa iba frunciendo màs y màs el ceño. sin ganas de estar ahì mi dìa avanzaba poco a poco, y mi ceño cada vez estaba màs fruncido. no me importaba, aunque lo cierto es que intentè mirar a alguien y sonreirle, pero no pude.
fue uno de esos dìas, sì.
llegada la tarde-noche un abrazo me hizo sonreìr. entonces fue cuando me di cuenta que aunque mi dìa haya sido malo, aunque no haya sonreìdo en todo el dìa, y no haya tarareado ninguna canciòn, aunque una señora me grite en la guagua, o tenga que caminar lejos para encontrar una estaciòn, aunque la màquina de tickets se atasque y no me deje sacar el mìo, y aunque no tenga dinero para subir a la biblioteca... cada vez que te veo, me hacès sonreìr.
[examinaciòn - manifestaciòn ]
lau-
1 comentarios:
En estaépoca muchos estamos como tu!!!! Si te fijas en la calle poca gente sonrie... y menos aun en la biblioteca!! (bueno, algunos rien bien alto, razón aún más grande para fruncir el ceño). Pero si por la noche vas a cama contenta... Tod bien! O acaso no hay que quedarse con eso¿?
Recuerdalo la próxoma vez k notes ese cambio en tu cara....
Jonay ;)
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