domingo, 10 de mayo de 2009

capìtulo veintidòs -

el juego del escondite -

- no puedes llorar aùn, me dije a mi misma. todavìa me quedaba un largo camino por recorrer.

- no merecìa la pena permitirme màs miedo ni màs ansiedad. el camino estaba claro, y sòlo tenìa que seguirlo.

- y en ese momento, a pesar del horror y la desesperanza, me sentì feliz. estaba tan inmersa en mi sueño escapista que perdì la nociòn del tiempo transcurrido.

- añorè la protecciòn de los verdes bosques de forks, de mi casa, con una intensidad que jamàs hubiera imaginado.



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