jueves, 18 de junio de 2009

capìtulo uno -

la fiesta -


- ¿alguna vez conseguirè que el corazòn deje de intentar saltar fuera de mi pecho cuando me tocas?
- la verdad, espero que no - respondiò un poco pagado de sì mismo.
- puse los ojos e blanco.
- no era exactamente tan còmodo como un cojín, pero yo lo preferìa con diferencia.
- aturdida y desorientada, mirè la brillante sangre roja que salìa de mi brazo y despuès a los ojos enfebrecidos de seis vampiros repentinamente hambrientos.

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